Comida Chatarra es Tan Adictiva Como Algunas Drogas
Darse un atracón de alimentos de alto valor calórico puede ser tan adictivo como la cocaína o la nicotina, según un reciente estudio.
El estudio, publicado en la revista “Nature Neuroscience”, fue desarrollado en ratas y determinó que el consumo en exceso de comida con alto contenido calórico podría desencadenar respuestas similares a la adicción en el cerebro y que la comida con muchas calorías puede convertir a las ratas en comedores compulsivos en un laboratorio.
Los científicos también detectaron un descenso de los niveles de un receptor específico de dopaminas -una sustancia química del cerebro que permite un sentimiento de gratificación- en las ratas con sobrepeso, el mismo detectado en humanos adictos a drogas, según el artículo.
“La obesidad puede ser una forma de comer compulsivamente. Otros tratamientos en desarrollo para otras formas de compulsión, como la adicción a drogas por ejemplo, podrían ser muy exitosos en el tratamiento de la obesidad”, dijo el científico Paul Kenny del Instituto de Investigación The Scripps de Florida en una entrevista telefónica.
Para el estudio, Kenny y sus compañeros fueron a una tienda de alimentación. “Básicamente compramos todas las cosas que gustan realmente a la gente: pastelitos de chocolate, tarta de queso, beicon, salchichas, las cosas de las que disfrutas, pero sabes que no deberías comer muy a menudo”, dijo.
También compraron comida saludable y elaboraron un plan de dieta para tres grupos de ratas. Uno de los grupos comía una dieta saludable y equilibrada. Otro grupo recibía comida saludable, pero tenía acceso a alimentos de muchas calorías durante una hora al día. Las ratas del tercer grupo eran alimentadas con una dieta saludable y tenían acceso ilimitado a alimentos de alto contenido calórico.
Las ratas del tercer grupo desarrollaron una preferencia por alimentos con muchas calorías, las mascaban durante todo el día y pronto se convirtieron en obesas, dijo Kenny.
Las ratas en el experimento también fueron entrenadas para esperar recibir una descarga eléctrica menor cuando se exponían a la luz. Pero cuando se mostraba luz a las ratas se que tenían acceso ilimitado a comidas muy calóricas, no respondían al peligro potencial, explicó el científico. En su lugar, continuaron comiendo sus aperitivos.
“Lo que vemos en nuestros animales es muy similar a lo que ves en humanos que son indulgentes”, dijo. “Parece que está bien, por lo que podemos decir, disfrutar de los aperitivos, pero si te eres demasiado indulgente, entonces viene el problema”.
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