Transgénicos:Informe sobre los mitos y verdades de los GMO
Los organismos genéticamente modificados (GMO, por sus siglas en inglés) son promocionados sobre la base de una serie de profundas demandas que la industria del cultivo transgénico y sus partidarios realizan. Para ellos los los GMO son:
- una extensión de la reproducción natural y no supone riesgos diferentes a los cultivos naturales
- seguros para el consumo e incluso más nutritivos que los cultivos naturales
- regulados por estrictas medidas de seguridad
- aumentan la producción de cultivos
- reducen el uso de pesticidas
- benefician a agricultores y facilitan su vida
- ayudan a la economía
- benefician al medio ambiente
- pueden ayudar a resolver problemas causados por el cambio climático.
- reducen el uso de energía
- ayudarán a alimentar al mundo
Sin embargo, un largo y creciente cuerpo de evidencia científica demuestra que estas afirmaciones no son ciertas. Todo lo contrario, las pruebas indican que los cultivos transgénicos:
- están hechos en laboratorio, con tecnología
- pueden ser tóxicos, alérgicos y menos nutritivos
- nada asegura su calidad
- no aumentan el potencial del suelo
- no reducen el uso de pesticidas sino que lo incrementan
- crean serios problemas para los agricultores, lo que incluye maleza con súpertolerancia a herbicidas
- tiene diversos efectos económicos
- daña y altera la calidad del suelo, altera ecosistemas y reduce la biodiversidad
- no ofrece soluciones al cambio climático
- necesitan tanta energía como cualquier otro cultivo de granos químicos
- no resuelven los problemas del hambre en el mundo sino que distraen de sus verdaderas causas; pobreza, falta de acceso a alimentos y cada vez más, falta de acceso a tierras cultivables.
Con base en la evidencia presentada en este informe, no hay necesidad de correr riesgos con cultivos transgénicos cuando soluciones eficaces, sustentables y disponibles ya existen. El fitomejoramiento convencional, ayudado en algunos casos con cartografía genética y selección asistida por marcadores siguen superando a los GMO en las producciones de alto rendimiento, tolerantes a la sequía y resistentes a plagas y enfermedades.
