miércoles, 31 de julio de 2013

Las células del cuerpo distinguen entre el hedonismo y la felicidad verdadera

La ‘simple autosatisfacción’ provoca cambios negativos para la salud en la expresión génica, mientras que un sentido de conexión y de propósito provoca justo lo contrario


El cuerpo humano reconoce a nivel molecular que no toda la felicidad es igual. En concreto, la expresión génica responde de manera distinta a la autosatisfacción que a la felicidad que provocan las acciones hechas con un noble propósito. Ambas formas de dicha originan cambios en la expresión génica negativos o positivos para la salud, respectivamente, ha revelado un estudio.



El cuerpo humano reconoce a nivel molecular que no toda la felicidad es igual, respondiendo a esta sensación de diversas maneras, que pueden impulsar u obstaculizar la salud física, revela un estudio dirigido por la profesora de psicología de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (UNC), EEUU, Barbara L. Fredrickson

Así, la sensación de bienestar derivado de "un propósito noble" puede proporcionar beneficios para la salud celular, mientras que la "simple autosatisfacción" puede tener efectos negativos, a pesar de proporcionar una percepción de total felicidad, han descubierto los investigadores, que publican los resultados de su investigación en PNAS

"Los filósofos han distinguido siempre dos formas básicas de bienestar: la “hedonista” (relacionada con las experiencias placenteras) y la “eudomonista”‎, que es una forma de felicidad más profunda originada por un propósito noble, que va más allá de la simple auto-gratificación ", señalan Fredrickson y sus colaboradores enPNAS, según un comunicado de dicha Universidad. 

Es la diferencia, por ejemplo, entre disfrutar de una buena comida y sentirse conectado con una comunidad gracias al servicio a ésta. Ambas actividades nos producen una sensación de felicidad, pero cada una de ellas es experimentada de manera muy diferente por las células de nuestro cuerpo. 

"Sabemos por muchos estudios que ambas formas de bienestar se asocian con una mejor salud física y mental, además de los efectos derivados de la reducción del estrés y de la depresión", explica Fredrickson. "Pero hasta ahora se había tenido poca información sobre las bases biológicas de estas reacciones."

El hedonismo tiene un coste celular 

En colaboración con un equipo de la Universidad de California en Los Ángeles dirigido por Steven W. Cole, profesor de medicina, psiquiatría y ciencias del comportamiento, Fredrickson y sus colaboradores examinaron la influencia biológica del bienestar hedónico y del eudomónico en el genoma humano. Estaban interesados en el patrón de expresión de los genes en las células inmunes de la gente. 

Un trabajo anterior de Cole y su equipo había rebelado un cambio sistemático en la expresión de genes como consecuencia del estrés crónico; un cambio "caracterizado por el aumento de la expresión de genes implicados en la inflamación" (relacionados con una amplia variedad de enfermedades humanas, como la artritis o las enfermedades coronarias); así como por una "disminución de la expresión de genes implicados en respuestas antivirales..." 

El estudio reveló, en resumen, que la huella genómica funcional que deja el estrés crónico nos predispone a la enfermedad, explica Fredrickson. 

En cuanto a la felicidad, los científicos esperaban que todos los tipos de ésta condicionaran de igual forma los patrones de expresión génica. Sin embargo, descubrieron que no es así. 

La investigación reveló que el bienestar eudomónico está asociado con una disminución significativa en el perfil de expresión génica relacionado con el estrés. Por el contrario, el bienestar hedónico se asoció con un aumento significativo en dicho perfil. Según los investigadores, estos resultados revelan el coste oculto del bienestar puramente hedonista. 

Consumo emocional de “calorías vacías” 

A Fredrickson el hallazgo le resultó sorprendente al principio, ya que los propios participantes en el estudio informaron de sentimientos generales de bienestar. 

Una posible explicación del efecto negativo del hedonismo, sugiere, podría estar en que las personas que lo experimentan consumen más lo que sería un equivalente emocional de las calorías vacías. "Sus actividades diarias les proporcionarían felicidad a corto plazo, pero tendrían consecuencias físicas negativas a largo plazo", sugiere. 

Por eso, la científico señala que: "podemos hacernos sentir felices a través de placeres simples, pero esas 'calorías vacías' no nos ayudarán a ampliar nuestra conciencia o a desarrollar nuestra capacidad de tal manera que lleguen a beneficiarnos físicamente”. 

“A nivel celular, nuestros cuerpos parecen responder mejor a un tipo diferente de bienestar, basado en el sentido de conexión y en el propósito", añade. 

Los resultados respaldan investigaciones previas de Fredrickson sobre el efecto de las emociones positivas y sobre la relación entre el sentido de conexión y la longevidad. "Comprender el desencadenante de las expresiones génicas facilita aún más el trabajo en estas áreas", concluye.

Referencia bibliográfica: 

Barbara L. Fredrickson, Karen M. Grewen, Kimberly A. Coffey, Sara B. Algoe, Ann M. Firestine, Jesusa M. G. Arevalo, Jeffrey Ma, and Steven W. Cole. A functional genomic perspective on human well-beingPNAS (2013). DOI: 10.1073/pnas.1305419110.

martes, 23 de julio de 2013

Chile enfrenta el tabú de la depresión

La depresión puede ser una enfermedad invalidante, incluso para un político profesional como el ahora excandidato presidencial de la derecha, Pablo Longueira, a quienes muchos en la política chilena describían como "un duro".



Un hombre de personalidad fuerte y opiniones severas, y un hábil negociador político que abandonó inesperadamente la carrera presidencial en la que enfrentaría a Michelle Bachelet, ante una depresión médicamente diagnosticada.


"Nuestro padre se encuentra enfermo", declararon los hijos del excandidato al anunciar la renuncia en una misiva que sorprendió a todo el espectro político.
La noticia sorprendió pese a que una de cada tres personas en Chile enfrentará un problema de salud mental en su vida y el 9% de la población sufrirá de un trastorno depresivo mayor, según el estudio chileno de patologías siquiátricas en adultos que publicó en 2002 el siquiatra chileno doctorado en la Universidad de Sheffield, Benjamín Vicente, y que todavía entrega los datos más significativos en un área donde no existe toda la información adecuada.
"Este es un punto de quiebre", asegura, por su parte, el sociólogo chileno Eugenio Tironi, uno de los directores de la campaña televisiva del No a Pinochet y actual empresario y consultor en comunicaciones.
"Aquí se ha roto un tabú, porque la depresión es un tema tabú en la política chilena, es el tabú de las enfermedades mentales, que se asocian a la locura, y que es todavía más agudo en el marco de una cultura católica conservadora, que tiene una profunda desconfianza en la psicología y el psicoanálisis, y que cree que estos problemas se resuelven con la fe y la fuerza de la voluntad".
"De ahí proviene la figura del sacerdote como guía espiritual, como un sucedáneo para enfrentar estas situaciones".

El auge de los antidepresivos

En Chile, los problemas de salud mental inciden hasta en un 30% en los años perdidos por enfermedad medidos según el indicador AVISA, formulado por el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud, y el consumo de antidepresivos aumentó en un 400% entre los años 1990 y 2002, precisa el psicólogo Álvaro Jiménez, fundador de la iniciativa ciudadana "Salud Mental para Todos" y estudiante de doctorado en la Universidad de París.
Esa última cifra podría explicarse por una mayor capacidad de diagnóstico, pero en términos comparativos con el resto de América Latina, es un hecho que los trastornos ansiosos en Chile duplican la prevalencia en el resto de la región, dice Jiménez.
En Chile, la depresión entre mayores de 15 años fue incluida en el 2005 en el Plan de Acceso Universal de Garantías Explícitas AUGE, o una cobertura mínima de salud que vuelve obligatorio su tratamiento gratuito para los afiliados al sistema público y con un copago para los asociados a las aseguradoras de salud privadas, las Isapres.
La garantía permitió que muchos accedieran por primera vez a psicoterapia o medicamentos. En materia de recursos sin embargo, la salud mental se lleva sólo un 3% del total del gasto en salud, que suma un 8% del PIB, el más bajo entre los países de la OCDE.

"Hay que echarle para adelante"

La oferta de salud mental enfrenta además otros desafíos, como las consecuencias de un proceso de modernización acelerado que impulsó una "transición epidemiológica": las enfermedades infecciosas cedieron ante las enfermedades crónicas, degenerativas y de salud mental.
Aunque el término depresión se usa a diario para describir situaciones de tristeza o angustia, una depresión severa es definida por características específicas y concentradas en el tiempo, como tristeza, irritabilidad, pérdida de interés, pensamiento ineficiente, autocrítica y trastornos del sueño.
El riesgo del uso común del término, explica el psicólogo Alvaro Jiménez, es su banalización y que las personas nieguen que están viviendo períodos de mucha tristeza y ansiedad diciendo "hay gente que lo está pasando peor" o "hay que echarle para adelante".
La depresión severa requiere tratamiento y terapia y tiene cura, a diferencia de otras patologías mentales, dice Jiménez. "Otros tipos de depresión serán crónicas y te van a seguir acompañando toda la vida, pero con cierto tratamiento se puede hacer una vida llevadera".

La depresión es desigual

El psicoanalista Esteban Radiszcz, Investigador del Laboratorio Transdisciplinar en Prácticas Sociales y Subjetividad de la Universidad de Chile, plantea que lo ocurrido con el político chileno
"Muestra una realidad que existe hace mucho, pero que se hace patente porque afecta a un notable. Lo que aparece es una realidad social. La depresión de Longueira y de otros chilenos no es sólo un evento biológico, no es sólo un problema a nivel de neurotransmisores; es un evento que se relaciona con la historia individual y social de las personas".
Radisczc, que estudia los problemas de salud mental y el malestar subjetivo en el neoliberalismo chileno, plantea que no se puede pensar en el problema del sufrimiento síquico actual fuera de su contexto.
"No se puede dejar de pensar en el efecto de la aplicación del modelo neoliberal en Chile, que no es sólo económico, también es social y que recién se cuestiona.
El neoliberalismo, dicho muy simplemente, supone que las personas tienen éxito en la vida por motivos puramente individuales, y no por contingencias. Cada persona está aislada y en competencia".

A menor ingreso más depresión


"No es sólo un problema de clases populares, es también de clases medias donde existe el mito de la generación sacrificada, que trabaja jornadas larguísimas y que busca el éxito con la esperanza de que sus hijos no van a tener que trabajar tanto, aunque eso nunca se cumpla".
Aunque el testimonio de la familia de Longueira ha dado visibilidad al problema de la depresión en Chile, Jiménez explica que el caso resulta paradójico, pues se trata de un hombre exitoso y de altos ingresos, mientras los más vulnerables a la depresión son las mujeres y los sectores de menores ingresos.
A partir de datos del Informe para el Desarrollo del PNUD, Jiménez plantea que la depresión en Chile se asocia también a variables sociológicas.
"Quienes se sienten más vulnerables en relación a la vejez, la enfermedad o el desempleo, presentan más depresión".
"También inciden la falta de seguridad en la posición social, el miedo a caer en la pobreza, la discriminación, el maltrato o la sensación de abuso, o la falta de un proyecto de vida".
"Los trastornos mentales y particularmente la depresión se distribuyen desigualmente en la población: a menor ingreso, mayor prevalencia de depresión y síntomas depresivos", agrega el psicólogo, que concluye citando al epidemiólogo británico Richard Wilkinson, quien plantea la desigualdad como el origen de las cifras de depresión, entre otras enfermedades.
"Los países con mayor desigualdad tienen mayor prevalencia de trastornos mentales y por lo tanto, es posible decir que una medida preventiva por excelencia sería una mejor distribución del ingreso".
Pese a sus avances en reducción de la pobreza y su acelerado proceso de modernización, Chile es, de acuerdo al último estudio de la Cepal, uno de los 7 países latinoamericanos de mayor desigualdad en la distribución del ingreso, junto a Brasil, Colombia, Guatemala, Honduras, Paraguay y República Dominicana.
Las demandas por mayor igualdad han alimentado las movilizaciones estudiantiles de los últimos años y podrían expresarse también en futuras exigencias por un mejor acceso a la salud, incluyendo problemas de salud tan dolorosos o invalidantes como la depresión, que forzó la salida de Pablo Longueira de la carrera presidencial.

NOTA

No concuerdo con que los ingresos sean la fuente de la felicidad, aunque si con el diagnostico de que este sistema se ha encargado de enfermar a las personas. La única solución para esto es Cristo, es llevar su carácter y seremos felices.

Vean como el modelo babilonico produce depresión.

LA VERDADERA SOLUCIÓN
"Cristo debe ser mezclado con todos nuestros pensamientos, sentimientos y afectos. Debe manifestarse en los menores detalles de nuestro servicio diario, en la obra que él nos ha dado para hacer. Cuando, en lugar de confiar en la comprensión humana, o conformarnos a las máximas del mundo, nos sentemos a los pies de Jesús, bebiendo ansiosamente sus palabras, aprendiendo de él, y diciendo “Señor, ¿qué quieres que haga?”, nuestra independencia natural, nuestra confianza propia, nuestra obcecada fuerza de voluntad, serán cambiadas por un espíritu infantil, sumiso y educable [...]. Reconoceremos la autoridad que Cristo tiene para dirigirnos, y su derecho a nuestra obediencia sin reparos”.—Nuestra Elavada Vocacion, 101 (1902).

miércoles, 10 de julio de 2013

¿El jarabe de maíz es tan adictivo como la cocaína? Si y tan dañino como esta droga.

Es difícil creer que darle un refresco a un niño sea equiparable a ofrecerle cocaína, pero una nueva investigación indica que podría existir una relación entre este edulcorante y la adicción a la cocaína.



Un grupo de investigadores de la Universidad de Guelph (Ontario, Canadá) estudió la reacción de ratas de laboratorio a dosis progresivas de jarabe de maíz alto en fructosa (un edulcorante presente en toda clase de alimentos, desde pan hasta refrescos) y determinaron que el jarabe provoca reacciones "similares a las causadas por el abuso de drogas como la cocaína". 

Primeramente se suministró a las ratas comida que contenía jarabe de maíz alto en fructosa, y después se permitió que ellas mismas controlaran mediante una palanca la cantidad de jarabe que recibían. Cuanto más concentrado era el jarabe, mayor era el esfuerzo de las ratas para obtenerlo, comportamiento similar al que se manifiesta en casos de adicción profunda a la cocaína. 

El profesor Francesco Leri, que llevó a cabo la investigación, señaló que los alimentos que contienen grandes cantidades de jarabe de maíz alto en fructosa tienen propiedades adictivas, lo que podría explicar, al menos en parte, la actual epidemia mundial de obesidad. "Los resultados demuestran que los animales de laboratorio son propensos a desarrollar una preferencia por los alimentos dulces y por la cocaína", dijo el profesor Leri, experto en adicciones. "Ahora tenemos pruebas neurobiológicas y de conducta convincentes que indican que la adicción a la comida es posible", agregó el científico.

 ¿Comes alimentos procesados constantemente? ¿Cuando tienes que elegir entre una fruta y un snack, eligés este ultimo?
Entonces seguramente estés ingiriendo altas dosis de Jarabe de Maíz de Alta Fructosa sin darte cuenta y sin tener en consideración sus efectos sobre tu salud.
El jarabe de maíz es creado a partir del almidón o fécula de maíz y el proceso para su producción fue descubierto por investigadores japoneses en la década 70 y su consumo se ha extendido a todo el mundo.
Básicamente, el Jarabe de Maiz de Alta Fructosa (JMAF) o High-Fructose Corn Syrup es un endulzante alto en calorías, creado mediante un proceso enzimático de jarabe de glucosa que se obtiene a partir del maíz.
Su importancia radica a que en la industria alimenticia actual se ha reemplazado en muchísimos alimentos el azúcar por el jarabe de maíz de alta fructosa.
Hasta 1970 el uso de JMAF en EEUU, representaba menos del 1 % del total de los endulzantes calóricos disponibles.   Esta proporción dio un importante salto hasta alcanzar el 42% hacia el año 2000.
Y si el azúcar no es buena para nuestra alimentación, te aseguramos que el JMAF, tampoco lo es! 
Algunos de sus efectos negativos son los siguientes:
  • Según un estudio realizado por el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Colorado, el exceso en el consumo de JMAF  aumenta el riesgo de hipertensión, que puede provocar todo tipo de problemas de salud aumentando el riesgo de infarto, cardiopatías, derrame cerebral, etc
  • Un estudio publicado en la revista “Environmental Health” indica que muchos alimentos comunes fabricados con jarabe de maíz de alta fructosa contienen mercurio. Para ello se  que evaluaron 20 muestras de jarabe de maíz de alta fructosa y hallaron mercurio en nueve de ellas.
  • Al igual que el azúcar el JMAF tiene un índice glucémico altísimo, elevando en forma inmediata el nível de azucar en sangre y generando antojos constantemente, por lo cual es acusado como un gran generador de la obesidad mundial.
El problema es que se encuentra presente en casi todos los alimentos y bebidas que tienen endulzantes calóricos agregados. Gaseosas, jugos artificiales, jugos de frutas endulzados artificialmente, confituras, postres, yogurts saborizados, y en la gran mayoría de productos horneados y panificados, como así también en mermeladas y jaleas.
Actualmente, asusta el incremento de alimentos “light” o dietéticos, que contienen JMAF. Yogures y barritas de cereales, contienen este jarabe. El problema de esto, es que mucha gente que intenta alejarse del azúcar, termina consumiendo JMAF, cuyo aporte calórico y efectos negativos sobre la salud son   iguales o peores.
Por ello, te recomendamos siempre leer la información nutricional de los alimentos que te llevas a la boca y verificar que no contengan Jarabe de Maíz de Alta Fructosa.

Salud y Sabores del Fin   © 2008. Template Recipes by Emporium Digital

TOP